jueves, 27 de enero de 2011

Futurismo


¡Nos hallamos sobre el último promontorio de los siglos! ...¿Por qué deberíamos mirar a nuestras espaldas y protegernos si pretendemos derribar las misteriosas puertas del imposible? El tiempo y el espacio murieron ayer o morirán mañana, nosotros ya vivimos en lo absoluto, pues hemos creado ya la eterna velocidad omnipresente.


"Nosotros queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.
El valor, el coraje, la audacia, la rebelión serán elementos esenciales de nuestra poesía."


"Hasta hoy, la poesía exaltó la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso ligero, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo."



"Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. (...) un automóvil rugiente que parece correr sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia".


"Ya no hay belleza si no es en la lucha. Ninguna obra de arte que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra de arte. La poesía ha de ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse delante del hombre."

-Filippo Tommaso Marinetti. Manifiesto futurisa.-


El trabajo planteado en la clase de volumen consistía en la creación de una escultura futurista a partir de un bodegón compuesto por una botella, una berenjena, un periódico y un ladrillo.

En primer lugar lo que buscaba con esta escultura era encontrar una emoción plástica con la que además de disfrutar creándola consiguiese que encajase en las leyes básicas del futurismo.

Escogí materiales duros, fuertes y rompedores, quería cargar en la escultura la fuerza y agresividad que me transmitió el texto de Boccioni (el cual mandó la profesora leer en clase), en el que claramente se podía apreciar su disgusto con la nula innovación con respecto a la escultura que se daba en su tiempo. A mi manera de ver, quería romper con lo establecido hasta entonces de una manera radical, y por ello, yo he querido dotar a mi escultura de la misma fuerza y destruir la nobleza de otros materiales, el hierro en mi caso.

Por otra parte mi composición está formada casi en su totalidad de planos y líneas rectas, eso también encaja en el deseo de Boccioni de transmitir que en las líneas rectas hay más verdad que en todas las marañas de músculos y curvas, alcanzando así la virginidad primitiva de la nueva creación de esculturas.

Otro importante punto y objetivo del futurismo consistía en conseguir que la escultura se fundiese con el ambiente, por lo que pensé que la mejor forma de conseguirlo era añadir espejos a la mismo, de forma que lo reflejase. La escultura está tan fusionada con el ambiente que consigue reflejarlo en ella. (O eso era mi idea). Con esa misma idea en mente pensé que sería una buena idea dotar a la botella de un alambre que se expandiese aún más con el espacio que rodea a la escultura intentando crear una atmósfera y una armonía entre los componentes.

Una caracterización que quise añadirle a la obra es que además de la fuerza y agresividad del manifiesto del artista, reflejase precisamente el momento en el que se sitúa el futurismo, relacionado con su símbolo más característico: la maquinaria moderna. De esta forma, el que la escultura fuera de metal y estuviese compuesta de, primordialmente, líneas rectas ayudaba mucho a crear esa ambientación viva y palpitante pero a la vez serena y sencilla de las máquinas.

La transparencia que se puede apreciar en el ladrillo me parece interesante ya que permite observar otros componentes de la escultura.

Y, por último, pensé en la superposición de planos y la representación de la realidad de una manera distorsionada, pero no por ello menos interesante. Esto puede reflejarse en el ladrillo, la berenjena y el periódico principalmente.

Título de la escultura: ¡Crash!


Dar mis más sinceros agradecimientos a la empresa Rimasa 2006, en particular a José Murillo, mi soldador favorito y mi gran compañero siempre dispuesto a echar una mano.

Y por último a mi madre, qué decir de ella. Gracias por tu apoyo, por tu dedicación y por la gran oportunidad que me brindas.

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